Gatos y problemas urinarios
Es generalizado que los gatos presenten trastornos urinarios, pero con un tratamiento médico, una dieta adecuada y mejorando el estilo de vida, se pueden tratar estos problemas con mucha eficacia.
El papel del veterinario en los problemas urinarios
Se recomienda llevar al gato al veterinario si detectamos que el gato puede experimentar algún problema de este tipo, pues este profesional le hará un examen exhaustivo y analizará los síntomas que presenta (dificultad para orinar, orina menos de lo normal o no orina en absoluto, sufre molestias al orinar o tiene un orina de color rosáceo, lo que indica la presencia de sangre, etc.). También puede detectar si el gato tiene una infección, ya que lo podrá tratar con antibióticos o bien si tiene una “piedra” o cálculo.
Es necesario tener en cuenta que un cálculo se trata de la acumulación de ciertos minerales en la orina del gato que, normalmente, debería ser capaz de procesar y eliminar a través de la orina. Sin embargo, estos minerales se cristalizan hasta formar un cálculo y estos pueden irritar e inflamar los órganos urinarios del gato y causarle dolor. Dependiendo del diagnóstico, el veterinario extraerá el cálculo por medio de una intervención quirúrgica y lo analizará. Así, se podrá conocer su composición exacta y esto es esencial ya que cada tipo de cálculo requiere un tratamiento diferente. O bien, recomendará una dieta formulada específicamente para la disolución de los cálculos urinarios.
Tratar los trastornos urinarios del gato en casa
Una vez realizada la visita con el veterinario, este profesional seguramente indicará algunas pautas a adoptar en el estilo de vida del gato y en su alimentación para cuidar su salud urinaria.
- Sedentarismo y sobrepeso. Los gatos con sobrepeso beben y orinan con menos frecuencia y tienen un mayor riesgo de desarrollar cálculos urinarios. En este caso, se recomienda aumentar su nivel de actividad para hacerle perder peso.
- Estrés. El estrés también provoca mayor riesgo de experimentar problemas urinarios, ya sea debido a un cambio de estilo de vida o a la convivencia con otros gatos o bien al propio estrés del propietario. En estos casos, es conveniente hacer lo siguiente:
- Comprobar que siempre pueden acceder de forma fácil y segura al arenero.
- Limitar la interacción entre los gatos que no se llevan bien.
- Modificar su entorno para que les resulte más estimulante o seguro.
- Utilizar medicamentos contra la ansiedad o alimentos terapéuticos.
- Alimentación. La salud urinaria del gato también puede cuidarse desde la alimentación, mediante el reequilibrio del pH de la orina y limitando la cantidad de minerales que pueden cristalizarse y generar cálculos. Su alimento debe de aportar proteína de gran calidad, que reduce la carga de trabajo de los riñones y evita esfuerzos innecesarios. Por otro lado, los alimentos húmedos, al contener un alto porcentaje de agua, estimulan al gato a orinar más frecuentemente. Incluso le podemos ofrecer agua con sabor para aumentar las ganas de beber del gato.
