La depresión canina
¿Los perros pueden estar deprimidos y sufrir depresión?
Sí, los perros pueden tener une estado de ánimo bajo, llegando a sufrir períodos de depresión. Aunque ésta no es tan compleja como en los humanos, se ha demostrado que se activan las mimas zonas cerebrales en ciertas emociones.
¿Qué causa la depresión canina?
Hay muchos factores que pueden influir en el estado emocional de un perro como pueden ser:
- No tener una vía para mostrar los comportamientos de raza programados puede significar hacer que el perro se frustre, se aburra o bien se deprima.
- Los cambios del entorno: los perros aman la rutina y son más felices cuando conocen su entorno, pues esto les da confianza y seguridad. Los cambios drásticos (mudanzas, obras de construcción, reorganizaciones dentro del hogar, etc.) pueden hacer que el perro se sienta inseguro y se comporte de forma diferente para intentar adaptarse a la nueva situación y ganar seguridad.
- Los cambios en el grupo social: los perros se sienten seguros y confían dentro del grupo social que habitualmente les rodea (incluyendo humanos y otros animales). Es decir, establecen vínculos con quienes perciben como familia y cualquier cambio en este grupo, puede afectarles mucho (por ejemplo, modificar sus rutinas por horarios de trabajo y/o escolares, un divorcio, un duelo, etc.).
- Aburrimiento: el perro requiere prestarle atención la gran mayoría del tiempo, a veces solo lo podemos hacer durante pocos momentos del día, ya sea por trabajo o faena y, esto, a largo plazo, puede ocasionarle estados de ánimo más bajo debido al aburrimiento.
- Miedos y fobias: las fobias al ruido o a problemas relacionados con la separación o soledad, por ejemplo, hacen que el perro experimente un estado crónico de estrés o ansiedad, lo que puede causar cierta depresión.
- Trastorno Afectivo Estacional (TAE): aparece cuando los perros no pueden satisfacer ciertas necesidades innatas como son la estimulación física y mental y el ejercicio y ocurre, especialmente, en los meses de invierno (con poca luz y mucha humedad). Durante estos meses, la mayoría de perros realiza menos ejercicio y/o paseos debido a la climatología y, por lo tanto, pueden estar deprimidos al no poder realizar las actividades que les gusta.
- Métodos de adiestramiento inadecuados: los métodos basados en la recompensa y el control mejoran el vínculo entre el perro y su dueño, pero los métodos que se basan en el castigo duro pueden hacer que el perro pierda confianza en su dueño, se sienta inseguro e incapaz de conseguir el objetivo.
- Enfermedad o dolor físico: algunas enfermedades físicas, sobre todo las que provocan dolor, pueden afectar al estado de ánimo de un perro.
Síntomas de un perro deprimido
La forma en la que cada perro expresa un estado de ánimo bajo, puede ser muy variada y también depende de la causa. Algunos signos podrían ser:
- Pérdida del apetito o cambios en sus hábitos alimentarios.
- Pérdida del entusiasmo o mostrarse retraído a participar en actividades y/o ejercicios que normalmente le gustaban.
- Falta de energía, letargia o dormir más de lo habitual.
- Incapacidad para calmarse: el perro se muestra inquieto y no duerme bien.
- Cambios de comportamiento: mayor agresividad, timidez (menos abierto a interacciones sociales), pérdida del control de esfínteres, esconderse o intentos de evasión, aumento de la reactividad, etc.
¿Qué se recomienda hacer si el perro está deprimido o sufre depresión?
El primer paso es siempre identificar y reconocer cuál puede ser el problema. La batería de preguntas que nos podemos hacer sería:
- ¿Ha habido algún cambio relativamente importante en la vida, rutina, grupo social, entorno del perro?
- ¿Realiza el mismo ejercicio, actividad y recibe la misma estimulación de siempre? ¿Es la que corresponde por su raza y/o edad?
- ¿Tu perro tiene tanto contacto contigo como de costumbre? ¿Se le está prestando la misma atención que siempre? ¿El tiempo que se pasa con el perro es de calidad?
- ¿Sufre el perro algún medio, fobia y/o ansiedad?
Una vez hecha esta comprobación, se puede tener una idea más o menos concreta de cuál puede ser la causa de un estado de ánimo bajo del perro. A continuación, se presentan algunas actuaciones para poder ayudarlo:
- Planificar y organizar “play dates” (o citas para jugar). Ya sea dentro del propio entorno como de fuera, para que se sienta entretenido y pueda interactuar con otros humanos/perros.
- Incrementar la estimulación física y mental. Mantener activo el perro hace que no se sienta aburrido.
- Enriquecer la dieta. Añadir algún snack siempre ayuda a mantener el perro más animado, evidentemente sin abusar.
- Dar respuestas apropiadas. El castigo no es la solución, debemos reforzar positivamente el buen comportamiento e indicarle el que es inapropiado.
¿Cuándo se recomienda acudir a un profesional veterinario para tratar la depresión?
Se recomienda consultar al veterinario si no se identifica ninguna causa evidente que pueda explicar el comportamiento del perro, es decir, que la repuesta a la batería de preguntas anterior sea negativa. El veterinario podrá indagar si hay una causa clínica que le provoque este comportamiento.
